Entiendo lo mucho que se piensa cuando se está buscando algo que se sabe no está perdido. Quiero ayudar a encontrarla y traer paz a tantos años de búsqueda. Tengo la corazonada que Betty Pérez va a hacerse presente. Y que si alguien la conoce o sabe de ella, vendrá a decirnos. He aquí pues, lo que mi amiga Ana Cristina ha escrito:
La Búsqueda - Carta abierta para Angélica Beatriz Pérez Román
El apremio por saber de ella empezó mucho antes de que el grueso de la gente
pasara días y noches rastreando personas del pasado vía Facebook; antes de que
se formara Myspace en 2003, se fundara Yahoo en 1994, o el acceso a Internet se
hiciera popular hacia finales de la década de los 90s. Comencé mi búsqueda
incluso antes de que Mark Zuckerberg (n. 1984) saliera de la escuela primaria,
recién iniciados los 1990s.
Mi necesidad por encontrar a Angélica Beatríz Pérez Román fue algo que se
empezó a formar en mí apenas dos años después de que nos graduáramos de la prepa
y, hasta el día de hoy, no ha sido saciada.
La conocí en Septiembre de 1981, cuando recién ingresé a la escuela
secundaria, con tan sólo 12 años, y hace exactamente 31 años atrás. La
Secundaria Diurna No. 38, "Josefa Ortíz de Domínguez", ubicada en la esquina de
Avenida Coyoacán y la calle San Borja, en la colonia Del Valle de la Ciudad de
México, fue nuestra escuela por los siguientes tres años y el marco perfecto
para que se cimentara una amistad que para mí, en muchos aspectos, fue
entrañable. No exagero al decir que desde los primeros días hubo algo que me
acercó a ella. Su sonrisa pronta, su plática modulada, su carisma... todo en
ella me alentó a abordarla. Su actitud parecía decir que era sencillo entablar
una amistad entre nosotras, y no me equivoqué.
Betty, como ella prefería que se le llamara, era una chica sencilla y
agradable, de trato dulce y mirada pispireta. Con el tiempo reconocí que, además
de todas sus cualidades como persona, también era muy bonita; con la melena
esponjada de aquéllos tiempos, tez blanca de un cutis sin imperfecciones, ojos
amielados de pestañas grandes, tupidas y naturalmente curvas, nariz respingona y
coqueta, y una boca que parecía de muñeca, era lo que llamamos una belleza
natural. Claro que en aquél entonces esas eran cosas en las que no reparaba. Me
caía excelentemente bien y punto. Estaba yo a la búsqueda de una amiga, La
Amiga, y a todas luces la había encontrado en Betty Pérez Román.
Los dos siguientes años fueron de confidencias de adolescentes, de compartir
el mismo gusto por la música, los artistas de moda, la ropa, hasta la nueva
revista Tú que recién acababa de ser lanzada y que tanto nos gustaba leer en ese
tiempo. Fueron épocas de pasar tardes enteras tiradas en la cama, platicando
nimiedades, desde el último chisme de la escuela, quién andaba con quién, hasta
cosas tan trascendentales como quiénes éramos, qué queríamos de la vida,
nuestros más íntimos anhelos y sueños, los secretos más oscuros de nuestras
familias, nuestros miedos y debilidades. Por muy trillado que suene, compartimos
risas y lágrimas, tropiezos, dificultades y un sinfín de alegrías simples que
iluminan el alma: el chicho que me gusta, me sonrió ayer en misa; saqué 9 en el
exámen de geografía y ni siquiera estudié; llevo una semana sin pelearme con mi
hermana.
Mi intuición de niña de 12 años no se había equivocado. Sí, en Betty había
encontrado esa Amiga próxima y querida con la que una siempre sueña. Si bien es
cierto que teníamos un grupo de amigas de lo más variado, también es cierto que
durante el primer y segundo año de secundaria Betty y yo fuimos inseparables. No
importó que ella viviera en la Unidad Plateros, cerca del Periférico y yo en el
corazón de la colonia Narvarte. Nos veíamos todos los días, de lunes a viernes
en la escuela y pasamos varias veces la noche una en la casa de la otra durante
los fines de semana, tejiendo y acrecentando esa amistad que en ese entonces
para mí era vital. Aún cuando la convivencia era diaria y estrecha, nos
escribimos innumerables cartas, derramando en ellas toda la melcocha que solo
los adolescentes son capaces de compartir.
El cambio se dió al pasar a tercero de secundaria. No recuerdo los detalles
ni las razones para el alejamiento que se dió entre nosotras. Supongo que fue
algo sumamente doloroso para mí y por eso mi mente selectiva decidió borrar los
motivos y por menores. No sé ni siquiera si hubo alguna disputa de por medio,
algún enojo; simplemente, dejamos de ser aquéllas amigas que compartían todo. Me
refugié en otras amistades. Traté de hallar un sustituto para mi soledad y ella
hizo mancuerna con Nora T., quien, a la vuelta de los años, resultó ser toda una
celebridad en el área deportiva de aguas abiertas. Me dolió mucho terminar la
secundaria y no contar con Betty Pérez entre mis amigas.
En 1984 entré a la preparatoria, pero no a la oficial como era esperarse
viniendo de una secundaria pública. Mi familia hizo el esfuerzo de enviarme a
una escuela particular y fuí inscrita en el ahora difunto Colegio Kansas,
ubicado en la calle de Concepción Béistegui en la Colonia Del Valle, a unas
cuantas cuadras de la Secundaria 38. En áquel entonces, al igual que la
secundaria, el Colegio Kansas era una escuela para puras mujeres, combinando el
sistema C.C.H. con el secretariado comercial. Una vez que se iniciaron las
clases, supe que Betty Pérez también estaba inscrita en el Kansas, y como la
población estudiantil era de menos de 100 alumnas, sólo había un grupo para cada
grado y estaríamos en el mismo salón. Claro que eso no borraba el
distanciamiento que había entre nosotras y aunque la escuela era sumamente
pequeña y nos veíamos a diario, jamás volvimos a convivir como antes.
Nuestras vidas se tornaron paralelas, cada quién en su mundo, tratando de
formar nuevos vínculos. Nunca más volví a interactuar con ella. Si nos veíamos
en los pasillos o dentro del salón, nos saludábamos más bien por cortesía. No
recuerdo que hubiera algún intento de acercamiento por ninguna de las dos
partes. Nosotras, que antes habíamos compartido tanto, éramos ahora como dos
completas extrañas. Al principio fue algo que me conflictuaba, pero con el
tiempo me adapté dejé de echarla de menos;el dolor de la pérdida se alivianó
hasta desaparecer.
No fué sino hasta casi finales del cuatro semestre cuando cruzamos más de
tres palabras. Entre clase y clase, entré al baño y me la encontré con el rostro
bañado en lágrimas. Verla así de vulnerable me removió todos los recuerdos y
sentí una ternura infinita. No recuerdo exactamente lo que hablamos, pero me
dejó entre ver que tenía conflictos familiares y problemas médicos. Le dí un
fuerte abrazo sincero y, apesar de la separación que se había dado entre
nosotras, le reiteré mi presencia y ayuda incondicional. Después de ese
encuentro, las sonrisas de lado a lado del salón fluían casi a diario, pero no
pudo rescatarse aquella amistad que una vez tuvimos.
Casi para cerrar el sexto semestre de la prepa se organizó una reunión de
despedida y cierre de cursos en la casa de Claudia y Diana Huerta. Aún conservo
fotos (bastante malas, por cierto) del convivio y en ellas se ve a una Betty
Pérez relajada y contenta. Todas estábamos eufóricas y felices por terminar
nuestros estudios, recordando las vivencias de los pasados tres años. Betty
hacía incapié en que nadie del grupo mas que ella podía presumir de conocer a
alguien por mas tiempo que ella: nosotras teníamos una historia de seis años...
casi toda una vida para nuestra corta edad. Su comentario me inundó de
satisfacción y nostalgia.
No recuerdo si Betty Pérez Román asistió a nuestra misa de graduación, en la
iglesia de Santa Mónica de la Colonia Del Valle. Tampoco recuerdo haberme
despedido de ella o haberle preguntado cuáles eran sus planes a futuro, algo que
de lo que tiempo después me arrepentí.
En los últimos días de clases, mi papá sufrió un connato de infarto y se vió
muy delicado de salud. Esto me llevó a faltar a la escuela y perderme de las
festividades que las maestras organizaron para nuestro grupo. En uno de esos
días, envié con alguna amiga un cuaderno para que lo circularan entre todas las
compañeras y me dieran su "autógrafo". Debido a la situación que había en casa,
la emoción por graduarme y el que ya estaba yo buscando empleo, no le presté la
debida atención al cuadernito aquél cuando me lo entregaron. Fue hasta dos o
tres semanas después de que habíamos salido de clases que me dispuse a leerlo de
pasta a pasta y saborear los comentarios que tanto maestras como compañeras me
habían puesto. Y sí, en las últimas páginas encontré lo que Betty me había
escrito: casi 4 ó 5 hojas, por ambos lados, empezando de atrás para adelante.
Siempre tratando de ser original y de romper las reglas que dictan qué hacer y
cómo hacerlo. ¡Betty siendo Betty hasta el final!
Al ver su hermosa caligrafía y beberme sus letras, me sentí una vez más
inundada por la nostalgia y la pérdida de tan bella amistad; y, conforme iba
leyendo, el miedo comenzó a invadirme y me abrumó totalmente cuando llegué al
final y me dí cuenta que Betty no había escrito sus datos. Volví a leer lo que
me escribió ya no sé cuantas veces, como si esperara que en la siguiente lectura
su teléfono y dirección aparecieran de un momento a otro. ¡Nada! Empanicada,
escarbé en mi baúl de los recuerdos, buscando la libretita de autógrafos que
tenía al salir de la secundaria. Sí, ahí todavía tenía los datos de Angélica
Beatriz Pérez Román. La misma dirección en Plateros que en algún tiempo me
supiera de memoria. El mismo teléfono que en esos ayeres podía recitar hasta
dormida y que ahora solo tengo el vago recuerdo de que empezaba con 6. Llamé de
inmediato y no hubo respuesta. Lo intenté muchas veces más en ese verano del 87
siempre con los mismos nefastos resultados. Nadie contestó.
Pasó el tiempo; varios meses, incluso podría decir que hasta dos años. No lo
sé con exactitud. Pero de vez en vez, siempre que me inundaba la nostalgia,
intentaba llamarle. Dejé de hacerlo cuando la única respuesta que obtuve fué la
típica grabación autómata que Telmex ponía cuando una línea ha sido
desconectada. Fué entonces cuando me decidí a darme una vuelta por Plateros;
pero, para mi mala suerte, la persona que vivía ahí desconocía el paradero de
los habitantes anteriores. Otra vez, ¡nada! Era como si Betty se hubiera
esfumado y lo único que me quedaba eran dos o tres fotos de dudosa nitidez,
inumerables recuerdos, un puñados de cartas y ese dolorcillo en algún punto
impreciso del alma.
Cambié dos veces de trabajo. Me casé. Me fuí del país. Mi vida dió un cambio
de 180 grados: adaptarme a un nuevo país con una cultura totalmente distinta,
convertirme en madre por partida doble, ocuparme al cien de las vidas de mi
nueva familia, todo lo que vivía hizo que mi necesidad por encontrar a Betty se
adormeciera. Se adormeciera, pero nunca se borró. Aún a pesar de los kilómetros
de lejanía y del tiempo transcurrido, desde 1992 me dí a la tarea de buscarla.
En aquél entonces aún se estilaba escribir cartas en papel y a mano. Mantenía yo
una correspondencia asidua con familiares y amigos y no había semana que no
recibiera (¡y contestara!) por lo menos dos o tres cartas. Obvio, las amistades
con las que me carteaba no sabían nada del destino de Betty. En las ocasiones
que fuí al D.F. a visitar a mi familia, siempre me dí el tiempo y espacio
necesarios para sumergirme en las páginas blancas del directorio telefónico,
esperanzada a encontrar el teléfono de su familia. ¡Nada! Siempre nada...
Hace más de treinta años que la busco; que te busco, Betty, y sigo topándome
con el inmenso gris de la incógnita. Periódicamente me zambullo en los diversos
buscadores del Internet pero mi búsqueda sigue inconclusa. Es desesperante saber
(¡imaginarme!) que estás ahí, Beatriz Pérez Román, en algún lugar, viviendo tu
vida y yo sin saber de tí. Las preguntas imaginarias siempre son las mismas: ¿te
acordarás de mí? ¿recordarás con nostalgia la amistad tan linda y pura que
compartimos en la adolescencia? ¿tendrás también curiosidad por saber de mí,
saber qué he hecho con mi vida?
No lo sé. Hasta hoy no ha habido respuesta, y me frustra pensar que el tiempo
sigue pasando y mi búsqueda es nula. Me pregunto si en otros dos o tres lustros
volveré a estar sentada frente a la pantalla, dándole seguimiento a esta
pesquisa de años y obteniendo el mismo veredicto.
Angelica Beatriz Perez Roman... Angélica Beatriz Pérez Román... Betty
Pérez... Bety Pérez Román... ¿de cuántas formas puedo submitir tu nombre? ¿te
casaste y cambiaste de nombre, como mi hermana, y es por eso que no te
encuentro? ¿estás ahí? ...
Wednesday, August 29, 2012
Saturday, May 7, 2011
TEN FAVORITE MOVIES ABOUT MOTHERS
My Ten Favorite Movies about Mothers:
1. The Wild River
The Wild River
2. Dolores Clairborne
3. Burning Bed
4. All about my mother
5. Vera Drake
6. Sofie's Choice
7. Erin Brockovich
8. Places in the Heart
9. Steel Magnolia
10. Driving Miss Daisy.
Thursday, April 1, 2010
SMOKING VS. JUNK FOOD
It's been a while since the anti-smoking campaigns started. Nowadays, there are just few places where one can smoke. The last ban in our town in CA has been the public parks. Smoking is not allowed at any place in any public park at all.
That is something quite remarkable. These bans have accomplished their mission.
Mrs. Obama has started a great campaign against Obesity. If I could tell her my idea to start this effort, this is what I would say:
"Thanks Mrs. Obama for having this initiative on our children and people in general, it is a difficult goal to approach, and nobody to start this process than you.
My idea is: Let's do it as smoking campaigns were done. Ban all the TV commercials about junk food, specially on Kids TV shows and channels. Let's tear down all the street ads about fast food and junk food. No photos at any place, in any newspaper, magazine. No junk food in museums, amusement parks, movie theaters, buses, airports, train stations. No junk food in any stationary machines at all. No more fund raising selling chocolates at any school. Let's do it exactly as people has banned the tobacco industry. Thanks again."
Do you think that could be possible?
Thursday, March 25, 2010
SIN LUZ UNA HORA...SUEÑO GUAJIRO!
Publica El Universal que el DF se ha propuesto apagar sus luces durante una hora, para celebrar al planeta el 27 de marzo, de las 8 y media a las 9 y media de la noche.
Vaya mérito! Me gustaría saber si pudieran estar una hora, solo una hora
Sin TIRAR BASURA
Sin MENTIR
SIN ENGAÑAR A SU CONYUGE
SIN PARTICIPAR EN LA CORRUPCION
SIN TOCAR EL CLAXON
SIN MALTRATAR A LAS MUJERES, LOS NIÑOS, LOS ANCIANOS NI A LOS ANIMALES.
Sería posible que lo hicieran? Mmmm, lo dudo!
www.eluniversal.com.mx/notas/668516.html?awesn=fbshare.me_AKOXm
Vaya mérito! Me gustaría saber si pudieran estar una hora, solo una hora
Sin TIRAR BASURA
Sin MENTIR
SIN ENGAÑAR A SU CONYUGE
SIN PARTICIPAR EN LA CORRUPCION
SIN TOCAR EL CLAXON
SIN MALTRATAR A LAS MUJERES, LOS NIÑOS, LOS ANCIANOS NI A LOS ANIMALES.
Sería posible que lo hicieran? Mmmm, lo dudo!
www.eluniversal.com.mx/notas/668516.html?awesn=fbshare.me_AKOXm
Monday, March 22, 2010
VIAGRA VS. ABORTION.
With the Health Care Reform, Abortion won't have a chance, and Viagra is still free, even with medical....how does that work?
Saturday, March 20, 2010
THE HURT LOCKER.
I finally watched "THE HURT LOCKER" (www.thehurtlocker-movie.com). A year ago, when Mr. President Obama was a presidential candidate we were against the war. Now, people in the entertainment industry awards a war movie. How soon things change in less than a year.
Perhaps the only fact I celebrate with this movie is Ms. Bigelow winning the Oscar for directing this movie.
Perhaps the only fact I celebrate with this movie is Ms. Bigelow winning the Oscar for directing this movie.
Wednesday, March 17, 2010
THE COVE AND THE OTHER COVES...
When I saw THE COVE, (http://www.thecovemovie.com/), a lot of questions came to my mind.
The filmaker says around 23,000 dolphins are killed from September through March every year. It's pretty sad, no doubt about it. But then I thought...how many cow are killed to provide us meat, or poultry or pigs or goats? Thousands!
The most devastating number was when I read in wikipedia that more than 90 million FEMALE human beings are "missing" only in 2005, and it is called "Sex-Selective Abortion" http://en.wikipedia.org/wiki/Sex-selective_abortion.
I wonder if there will be a filmaker making a documentary about it.
What is more important human beings or dolphins or animals, or are we, mammals, important to somebody?
The filmaker says around 23,000 dolphins are killed from September through March every year. It's pretty sad, no doubt about it. But then I thought...how many cow are killed to provide us meat, or poultry or pigs or goats? Thousands!
The most devastating number was when I read in wikipedia that more than 90 million FEMALE human beings are "missing" only in 2005, and it is called "Sex-Selective Abortion" http://en.wikipedia.org/wiki/Sex-selective_abortion.
I wonder if there will be a filmaker making a documentary about it.
What is more important human beings or dolphins or animals, or are we, mammals, important to somebody?
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